martes, 1 de marzo de 2011

La Gran Enseñanza

La Gran Enseñanza
Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento; como la
llovizna sobre la grama,  Y como las gotas sobre la hierba. Aplica tu corazón a la enseñanza,
Y tus oídos a las palabras de sabiduría. Porque el  mandamiento es lámpara, y la enseñanza
es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen. Deuteronomio 32.2; Proverbios
23.12; 6.23.
Durante 22 días estuvo goteando como lluvia la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo en razón de la enfermedad de nuestro muy amado hermano Salomón. Nosotros en todos esos días estuvimos razonando en nuestros propios deseos; pero la biblia dice: Destilará como el rocío mi razonamiento; es decir, no es como nosotros razonamos, sino como el dice. (Romanos 2.15)
Permítame decirle que ya es tiempo de dejar atrás la murmuración, pleitos, iras disensiones, o sea hacer morir lo terrenal en usted (Colosenses 3.5-7), a fin de que se refleje el carácter de Cristo el cual estuvo de manifiesto en el hermano Salo. Vamos a permitirle a la palabra de Dios que haga su efecto en nosotros (Isaías 5.10-11), que mantengamos el verdor de la esperanza de salvación a la cual fuimos llamados, muy fresco el deseo de servir al Señor, sin condiciones ni reservas, avivado el amor por las almas ¡la obra de nuestro Dios!, germinando y dando fruto como árbol del plantío de Jehová (Marcos 4.8), pues Jesucristo ha considerado tu corazón como excelente tierra para sembrarla de buena semilla y regarla con el río de Dios Salmos 65.9-10).
No olvides que tu salvación y la de tu familia, es tu responsabilidad, depende de tu búsqueda y santidad para ser reflejado el amor de Cristo, es decir, a través  de tu testimonio muchos querrán ser salvos (Mateo 7.16-20)
El hermano Salomón Mustiola, nació el 27 de Noviembre de 1949; recibió al Señor Jesucristo como su Salvador en el año 1988 en la Iglesia Luz del Mundo, su pastor fué el hermano Rafael Colina. Comenzó a congregarse con nosotros  desde el 23 de Marzo del año 1999, es decir, desde el comienzo de esta congregación. De él aprendimos paciencia, humildad, constancia, esfuerzo, amor y perseverancia durante casi 12 años. Ya hoy no está entre nosotros físicamente, pero sus obras seguirán entre nosotros (Apocalipsis 14.13), debemos seguir su ejemplo. El apóstol dijo: Sed imitadores de mí como yo de Cristo (1Corintios 11.1).
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Coritios 15.58

27 de Noviembre de1949 - 30 de Enero 2011


domingo, 27 de febrero de 2011

Campo blanco La Antorcha - Mirimire

Esta es una Iglesia que nace el 20 de Junio del año 2003. Está ubicada en la población de Mirimire, municipio San Francisco, en la costa Oriental del estado Falcón en Venezuela. Ahí estamos glorificando y proclamando el Señorío de Jesucristo como el Señor del estado y por consiguiente de Venezuela.

Estamos diseñando y replanteando el terreno para la construcción del templo.

Pastor Carlos Julio Pinto preparando los planos

Jacfran Zárraga. Obrero Pastor de La Antorcha

Maestro de la Obra: Félix González.

Dios salió a tu encuentro

Dios Salió a tu encuentro. Isaías 64.1-9
(Mateo 11:25-30; Lucas 10:17-24)

             
  • El motivo de la gran invitación
La conocida frase de Jesús, «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar», tiene un precioso marco. Comparando este pasaje con su paralelo de Lucas 10, podemos ver el interesante momento psicológico que dio lugar a la «gran invitación». Era aquel día en que habían regresado los 70 con gozo declarando que habían hecho milagros, Jesucristo les dijo: «No os gocéis de esto, sino de que vuestros nombres están escritos en los cielos. Venían llenos de entusiasmo por lo poco que habían visto del poder de Dios realizando milagros; pero Cristo, que veía más allá, se sentía más gozoso que ellos.
Entonces exclama aquellas palabras que nadie se habría atrevido a pronunciar, que serían locura en cualquier boca humana: Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.» Es como decir:
Venid a Mí, huyendo de vuestra miseria y flaqueza, y hallaréis ayuda y fortaleza. Uníos a Mí, hacedme el compañero de vuestra vida, y hallaréis descanso y felicidad. Aprended de Mí, o sea, imitadme, y llegaréis a ser tan santos, tan perfectos, que nada os inmutará ni os perturbará; hallaréis una fuente de paz y satisfacción interior: el reposo permanente. Podríamos llamar a estos tres aspectos de la invitación el Salvador: descanso, trabajo y habilidad.
Se ha llamado con razón a este mundo un mundo de fatigas; del cuerpo y del alma. La fatiga del cuerpo no es la peor cuando el alma está descansada, es decir, reposada y tranquila. Nos dice la ciencia que llevamos a cuestas de 1.200 a 1.800 kilos por metro cuadrado, que es el peso de la atmósfera según la altura en que nos hallemos. Cada hombre y mujer lleva sobre sí, quien más quien menos, una terrible carga de pecado, de errores y equivocaciones. Pero Cristo ha venido a quitar la carga del pecado (Juan 1:29; Lucas 24:46-47). Cuando se quita el pecado se alivian muchas cargas.
  • El compañerismo que ofrece
Pero Cristo no sólo quiere ser un Salvador, sino un compañero. Nos quitó la carga del pecado y no quiere que andemos por nuestros caminos otra vez a nuestro antojo, haciendo la voluntad de la carne. Esto sería la ruina de nuestra vida espiritual; la pérdida de la misma salvación. Pero éste no es el plan del Salvador; por esto se da en este texto la gran paradoja, que a renglón seguido de la promesa de descanso viene la invitación a tomar su yugo. Son las paradojas del Salvador. ¡Descanso llevando un yugo! Observamos que:
1) El yugo une. Ata la voluntad de una bestia a la otra, haciéndolas ir juntas.
2) Es un instrumento de restricción al par que de auxilio. Es un principio universal que toda fuerza, para ser útil, tiene que ser restringida.
3) El yugo es un gran auxiliar para la carga. En el terreno espiritual podemos decir que vale la pena andar estrechamente unidos con Cristo por el gran auxilio que en El hallamos en la vida. Cuando andamos cerca de Cristo cargas terribles resultan ligeras. Se ha dicho que el yugo de Cristo tiene tres anillos. Uno para el pensar, otro para el hablar y otro para el hacer, o proceder.
4) El yugo es un instrumento de cooperación. Es un gran privilegio sentirse cooperador con Cristo. Estamos arando el campo del mundo con nuestro testimonio.