“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”. Romanos 1.18-28
Homosexualidad, preferencia y atracción sexual por personas del mismo sexo, en contraposición a heterosexualidad (preferencia por el sexo opuesto) y bisexualidad (atracción por ambos sexos). Las mujeres homosexuales reciben el apelativo de lesbianas (véase Lesbianismo). En los últimos años el término ‘gay’ se viene aplicando a mujeres y hombres homosexuales.
Bisexualidad, atracción sexual por ambos sexos.
Las personas bisexuales son capaces de tener fantasías y disfrutar tanto de las relaciones físicas heterosexuales como de las homosexuales, aunque algunos muestren mayor preferencia por uno de esos dos tipos de relaciones. La bisexualidad no debe confundirse con el travestismo, que consiste en vestirse y actuar como una persona del sexo opuesto, ni con la transexualidad, que consiste en la identificación con los caracteres sexuales del sexo opuesto. Sin embargo, eso no quiere decir que los transexuales o los travestis no sean bisexuales. En general, los bisexuales están satisfechos con el sexo con el que han nacido y no poseen, tal como podría creerse, órganos sexuales de ambos sexos.
Transexualidad, en psiquiatría y sexología, identificación con el rol de género asociado al sexo opuesto y que conduce al individuo a modificar su anatomía.
Los transexuales adoptan las formas de vestir, las conductas sociales y, normalmente, las preferencias sexuales típicas del sexo opuesto. También utilizan hormonas y desean someterse a una operación de cambio de sexo para modificar su apariencia física. Esta cirugía se aplica en algunos países a transexuales masculinos y femeninos, y cada vez son más las personas que la solicitan.
En el hombre biológico se eliminan el pene y los testículos, se crea una vagina funcional, se administran estrógenos para aumentar el volumen del pecho y, mediante electrólisis, se elimina el vello de la piel. Por su parte, la mujer biológica puede someterse a una mastectomía, a la reconstrucción de los genitales masculinos, y a la administración de testosterona para modificar sus caracteres sexuales secundarios.
Travestismo, práctica que implica la adopción de las formas de vestir del sexo opuesto. En algunos casos revela una tendencia homosexual, aunque no implica necesariamente la no identificación de un individuo con su género.
El travestismo (también transvestismo) se da en ambos sexos, pero es más común entre los hombres y entre los heterosexuales. El origen del travestismo masculino tal vez provenga del caso del caballero francés Charles d´Éon, quien se disfrazaba de mujer por su propio placer. Algunos expertos en el tema están de acuerdo en que el travestismo es un comportamiento sexual que se expresa a través de la vestimenta; otros consideran que el instinto erótico está orientado hacia la mujer, objeto de deseo del hombre, que, al no poder poseerla, se apropia de su imagen externa. Los científicos sociales ven este fenómeno como un síntoma de fracaso en la socialización del género y algunos psiquiatras creen que requiere tratamiento si la persona experimenta conflictos en su vida social o profesional.
Lesbianismo, también homosexualidad femenina, atracción sexual o emocional entre las mujeres. El término proviene del nombre de la isla griega de Lesbos, lugar en que vivió Safo, que escribió poemas de amor dirigidos a mujeres.
El lesbianismo se ha dado en todas las culturas a lo largo de la historia. En el mundo clásico era por todos conocido que este tipo de relaciones existían en grupos de mujeres, como las que se reunían en torno a la poetisa clásica Safo. Durante siglos y en muy diversas culturas el lesbianismo no ha sido reconocido como tal, aunque se han aceptado las relaciones íntimas entre mujeres, incluida la cohabitación. La atracción entre mujeres ha sido ignorada debido a que muchas culturas no aceptan en absoluto el concepto de sexualidad femenina u opinan que ésta sólo se debería practicar en las relaciones con el sexo masculino o con el único propósito de la reproducción. Por esa razón, el lesbianismo se ha salvado de ser perseguido y sancionado.
En el siglo XIX, al declararse ilegal la homosexualidad en Inglaterra, el lesbianismo escapó a la prohibición porque la reina Victoria se negó a reconocer su existencia. Sin embargo, la desventaja de esta “invisibilidad” fue el olvido de las necesidades de estas mujeres, que a lo largo de la historia han carecido de modelos de referencia para su modo de vida. Algunas veces han sido perseguidas por ser consideradas subversivas. En el siglo XIX muchas mujeres de China fueron expulsadas a Singapur por negarse a contraer matrimonio. También la censura religiosa ha intervenido: existen ejemplos de castigos a monjas católicas por mantener una amistad muy estrecha o por establecer relaciones lésbicas entre ellas. Sin embargo, en épocas más recientes ha habido movimientos dentro del cristianismo en los que se ha empezado a discutir la posibilidad de reconocer y aceptar el lesbianismo como una forma de vida
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